El entreno de
ayer exigía una vuelta de rosca más. Completar 2 series a ritmo de maratón
requería apretar los dientes, así que me puse manos a la obra.
Otro compromiso
deportivo planificado para la tarde (padel, no quiero dejarlo) me hizo pensar
que sería buena idea aprovechar el intervalo para comer del medio día, para
calzarme las zapatillas y plantarme en las pistas de atletismo.
Y así hice,
poco después de las 14:10 ya estaba rodando en calentamiento y rumbo a las
inmediaciones del Rico Pérez. Descubrí que a esta hora, aunque para mí es un
poco estresante, es una gozada entrenar. Poca gente, buena temperatura,
perfecto. Además, con un desayuno un poco más fuerte, no sentí hambre a esta
hora.
Tengo que
reconocer, y a algún seguidor de mis crónicas no le va a gustar, que me salí un
poco del guión. Aunque lo previsto era completar las 2 series a ritmo de maratón
(5’x1000m), decidí probarme en la primera de ellas. Animado por el buen estado
de forma y tentado por ver donde podía llegar, decidí exprimirme un poco más y
ver cómo respondería a una mayor exigencia, al menos en la primera de las
series.
Bueno, no dejaré
de reconocer que llegué justillo a los últimos 3 minutos, pero pude completar
los 20’ a 4’:46’’. Disfruté mucho en esta serie.
Pensé bastante en cuánto he
conseguido desde que empecé hace 1 año aproximadamente, de lo cómodo que me
sentía en las zancadas, de cómo la coreografía del rodaje me hace sentir bien y
confiado y sobre todo, que no hace tanto me negaba a creer que sería capaz de
completar algún día una maratón. En esos 20 minutos pensé por primera vez que
es posible hacer una buena carrera, tirando de disciplina, constancia y
sacrificio. Muy bien.
Además, ahora
como tiro de pulsómetro, pude comprobar que no me alejaba en demasía de la
media que establezco en ritmos más bajos, manteniendo las 150-160 ppm.
Obviamente, esto tiene que mejorar.
Mantuve un trote
de 10’ después de la primera serie y encaré la segunda, como chico aplicado y
obediente, al ritmo que debía. Bien. Los últimos 5 minutos pesaron un poco, lógico.
De haber hecho las 2 series a este último ritmo habría terminado bastante más
desahogado, pero ayer quería exigirme un pelín, y no me pesó terminar más
cansado que jornadas anteriores.
Esta mañana mi
cuerpo estaba un pelín enfadado conmigo. Él se manifiesta así, oxidado en el
arranque, cargado y pesado más de lo normal, pero bueno, hoy lo tomaremos con
filosofía en los 60’ de rodaje previsto.
En otro orden de
cosas me estoy planteando entrenar por las mañanas, antes de acudir al trabajo.
Mi amigo y próximo Iron Man Oliva lo está haciendo, y leyendo sus crónicas me
hace planteármelo. Lo que me preocupa no es el madrugón, que tendría que plantearlo
para antes de las 6:00, ni el frío que está haciendo. Lo que verdaderamente me
preocupa es que a esas horas pueda exigirle al cuerpo lo que necesito,
encontrarme cómodo en el entreno. Pero eso sólo tengo una forma de comprobarlo.
Ya veremos.
La runner’s song
de ayer no es otra que Hump de Bump, de los californianos Red Hot Chili
Peppers.
No hay comentarios:
Publicar un comentario