jueves, 21 de noviembre de 2013

Día 10 / Semana 2. Exprimiendo mi cuerpo. Exigencias del guión.

El entreno de ayer exigía una vuelta de rosca más. Completar 2 series a ritmo de maratón requería apretar los dientes, así que me puse manos a la obra.

Otro compromiso deportivo planificado para la tarde (padel, no quiero dejarlo) me hizo pensar que sería buena idea aprovechar el intervalo para comer del medio día, para calzarme las zapatillas y plantarme en las pistas de atletismo. 
Y así hice, poco después de las 14:10 ya estaba rodando en calentamiento y rumbo a las inmediaciones del Rico Pérez. Descubrí que a esta hora, aunque para mí es un poco estresante, es una gozada entrenar. Poca gente, buena temperatura, perfecto. Además, con un desayuno un poco más fuerte, no sentí hambre a esta hora.

Tengo que reconocer, y a algún seguidor de mis crónicas no le va a gustar, que me salí un poco del guión. Aunque lo previsto era completar las 2 series a ritmo de maratón (5’x1000m), decidí probarme en la primera de ellas. Animado por el buen estado de forma y tentado por ver donde podía llegar, decidí exprimirme un poco más y ver cómo respondería a una mayor exigencia, al menos en la primera de las series.

Bueno, no dejaré de reconocer que llegué justillo a los últimos 3 minutos, pero pude completar los 20’ a 4’:46’’. Disfruté mucho en esta serie. 
Pensé bastante en cuánto he conseguido desde que empecé hace 1 año aproximadamente, de lo cómodo que me sentía en las zancadas, de cómo la coreografía del rodaje me hace sentir bien y confiado y sobre todo, que no hace tanto me negaba a creer que sería capaz de completar algún día una maratón. En esos 20 minutos pensé por primera vez que es posible hacer una buena carrera, tirando de disciplina, constancia y sacrificio. Muy bien.

Además, ahora como tiro de pulsómetro, pude comprobar que no me alejaba en demasía de la media que establezco en ritmos más bajos, manteniendo las 150-160 ppm. Obviamente, esto tiene que mejorar.
Mantuve un trote de 10’ después de la primera serie y encaré la segunda, como chico aplicado y obediente, al ritmo que debía. Bien. Los últimos 5 minutos pesaron un poco, lógico. De haber hecho las 2 series a este último ritmo habría terminado bastante más desahogado, pero ayer quería exigirme un pelín, y no me pesó terminar más cansado que jornadas anteriores.

Esta mañana mi cuerpo estaba un pelín enfadado conmigo. Él se manifiesta así, oxidado en el arranque, cargado y pesado más de lo normal, pero bueno, hoy lo tomaremos con filosofía en los 60’ de rodaje previsto.

En otro orden de cosas me estoy planteando entrenar por las mañanas, antes de acudir al trabajo. Mi amigo y próximo Iron Man Oliva lo está haciendo, y leyendo sus crónicas me hace planteármelo. Lo que me preocupa no es el madrugón, que tendría que plantearlo para antes de las 6:00, ni el frío que está haciendo. Lo que verdaderamente me preocupa es que a esas horas pueda exigirle al cuerpo lo que necesito, encontrarme cómodo en el entreno. Pero eso sólo tengo una forma de comprobarlo. Ya veremos.


La runner’s song de ayer no es otra que Hump de Bump, de los californianos Red Hot Chili Peppers.


No hay comentarios:

Publicar un comentario