Arranque de la tercera semana de entreno, con un rodaje
suave y gélido.
Ayer salí sin música (me quedé sin batería), por lo que no
tendremos canción del corredor.
Tuve mi particular guerra con el pulsómetro. Resulta que
siempre, en los 2 primeros kilómetros aproximadamente, rebaso las 160 ppm. El
amigo Nacho dice que quizá sea porque no está húmedo, puede ser.
Pero hay días,
como ayer, que aun rodando muy cómodo, suave, las pulsaciones se me disparan.
En varios momentos, demasiados diría yo, del rodaje de ayer, superó las 160
ppm, límite que tengo establecido y a
partir del cual la maquinita empieza a chillar. No sé, no le encuentro mucha
explicación.
Por lo demás nada. Un entreno más, y uno menos.
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